Nada en encontrarse a una mujer atractiva y ganarse su gracia es cuestión de suerte. Tu eres el encargado de tu vida. Donde estás y quién son tus amigos es un resultado directo de tus decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. Las personas que conoces son personas que has atraído. creas estas relaciones, concientemente o no, y tienes el mando para construir nuevas y buenas relaciones ahora mismo. ¡De hecho, puedes decidir qué tipos de mujeres estarás encontrándose y realmente citarás antes que te las encuentres! Simplemente sabiendo primero quién eres y entonces describiendo el tipo de mujer que quieres, vas a crear un plan que d puedes seguir para los resultados tangibles. No dejes las cosas para el destino o la suerte. Tu eres responsable de las oportunidades que entran en tu vida. Todo lo que confía en una fuerza imaginaria ingobernable (como la suerte, o destino) eres personalmente responsable para todas las experiencias – buenas y malas – y asegurarte que diseñas tus opciones para así reflejar tus metas y objetivos. Cada decisión que tomes tendrá efecto sutiles o considerables en tu vida.
En Martín Fierro»— encontramos siempre una frase que define a cada uno de los temas de la vida. En lo referente al enamoramiento del hombre, dice: “Es zonzo el cristiano macho / cuando el amor lo domina”. En reali- dad, quedaba mejor decir tarado, pero al poeta José Hernández la palabra tarado no le entraba bien en el verso. También podríamos decir que el amor nos vuelve necios, tontos, memos, idiotas, lelos, imbéciles, palurdos, estúpidos y/o soquetes. Y es así: los hombres enamorados se vuelven unos tarados y dejan de lado la mucha o poca lucidez que tenían antes de encandilarse por un par de ojos redondos, bien parados y turgentes. Luego, con el amor viene el casamiento. Y se sabe que el hombre, para llegar al casamiento, tiene que estar muy, pero muy enamorado, porque si el amor no lo volvió tarado y está lúcido, no lo enganchan para la ceremonia nupcial ni loco, ni ebrio, ni dormido. Para un tipo enamorado todo es lindo, y ésa es, quizás, la única explicación de que mucho...
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