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Trabajo o Pareja

Algo tan normal como acudir cada día a nuestro lugar de trabajo se puede convertir en un obstáculo a la hora de distribuir los tiempos de ocio y las relaciones con nuestra pareja...

A priori, cada mañana nos levantamos, acudimos a trabajar y después volvemos a casa, esto es la rutina normal de muchos hogares. Ambos miembros de la pareja se encuentran separados la mayor parte del día y su tiempo para relacionarse es extremadamente limitado.
Cada día, el nivel de desempeño que se exige en las empresas es más alto y son muchas las personas que se mantienen en el trabajo hasta altas horas. En esta sociedad competitiva, el empleado que más se involucra con sus tareas y con el buen desarrollo de la empresa, será el más valorado y el que tendrá más posibilidades de ascenso.
Sin embargo, en este ascenso quedan a menudo en el camino la familia, los amigos y las relaciones sociales en general. En definitiva, la vida extralaboral desaparece.

Buscar el equilibrio o el cambio
Muchas parejas acuden a consulta porque no existe entre ellos una buena comunicación, no se ven durante el día y la hora de la cena se convierte en la oportunidad ideal para quejas y recriminaciones.
Unos se quejan del trabajo, de lo tedioso que resulta mantener el estatus adquirido; otros se quejan de las horas fuera de casa, de que no se ven nunca, del descuido de los hijos, etc. A pesar de que estas quejas son frecuentes, nadie hace nada por mejorar la situación y se convierte en una rutina que a menudo va unida a recriminaciones, discusiones, estrés, falta de comunicación, etc.
Si nos parásemos a pensar en los problemas que nos ocasiona el trabajo y todo lo que esto conlleva, probablemente seríamos más conscientes de qué es lo que queremos para nosotros y qué es lo que nos exige la empresa.
Tal vez podríamos encontrar un equilibrio y, si no es así, tal vez hayamos confundido nuestro rumbo profesional o, simplemente, es el momento de un cambio.

Aparte de los problemas de comunicación que ocasiona el no verse durante todo el día, hay que tener en cuenta las prioridades de cada miembro de la pareja.
Cuestión de prioridades
Aparte de los problemas de comunicación que ocasiona el no verse durante todo el día, o el que uno trabaje hasta las diez de la noche y el otro esté en casa con los niños, colegios, compras, etc., tendremos que tener en cuenta las prioridades de cada miembro de la pareja.
A menudo cuesta mucho que uno de los miembros se desligue de sus deberes laborales, que intente salir antes del trabajo, que delegue tareas o que no se responsabilice de algo... Para muchos significa el desprestigio profesional y la crítica de los demás y enfrentarse a todo esto para mejorar la situación familiar depende de las prioridades de cada uno.
Si estás dispuesto a perder a tu pareja e hijos, adelante, intenta ser jefe de producción o subdirector del banco y lucha por ello, pero sé consciente de lo que perderás en el camino.
Si, por el contrario, prefieres tener la vida sencilla de llevar a los niños al colegio, ir a las reuniones de padres, poder ir al cine un día entre semana, etc., entonces tienes que hacer una reorganización de tu vida laboral y renunciar a los privilegios que ello te aporta.

Hazte varias preguntas para descubrir qué es lo que quieres:
¿Qué me gustaría tener dentro de 20 años: una familia unida o un puesto de directivo? Tal vez las dos cosas sean compatibles, pero si no es así, remédialo a tiempo.
¿Necesito el extra económico que me aportaría un puesto mayor? ¿Esforzándome más día a día voy a conseguir un aumento laboral, o estoy estancado?
¿Puedo vivir siendo un empleado más o necesito, por encima de todo, un puesto más alto?
¿Mi autoestima seguirá igual de alta si bajo el ritmo?
¿Puedo hablar con mis jefes y reorganizar mi vida laboral?
Por otro lado, ¿tengo discusiones habitualmente con mi pareja por motivos laborales?
¿Llego tan tarde a casa que los niños están durmiendo y mi pareja no me habla porque cree que no me involucro y voy a lo mío?
¿Vivo holgadamente y gasto el dinero en caprichos innecesarios? ¿Podría vivir con menos?
¿Realizo actividades extralaborales de ocio con mi familia entre semana? ¿Hablamos del día a día y solucionamos los problemas juntos?

Detente a valorar las respuestas a estas preguntas y analiza la situación, tal vez puedas mejorar algo. Si decides mantener el puesto que tienes ahora y dejar de demostrar a los demás lo competente que eres, tendrás energía sobrante que podrás dedicar a tu familia y amigos.
El intento por mantener el estatus por encima de todo y de demostrar a mis jefes y compañeros que eres el más competente, no es más que una señal de inseguridad. Si relajas el ritmo y haces lo que se te exige, dando todo lo bueno que puedas, no tendrás que sentirte obligado a dar más.
Si ya das todo lo que está en tu mano, el desgaste que conlleva el querer dar más de lo que puedes te aportará negatividad en otros aspectos de tu vida y esto no te conviene.


Crisis en vacaciones
Otro componente que tiene que ver con la vida en pareja y relativo al trabajo, es el porcentaje de parejas que se separan pasado el verano que, supuestamente, es una etapa de relax, para descansar y poder disfrutar de la pareja.
Sin embargo, en muchas ocasiones, esto supone un problema, ya que durante todo el año las parejas se acostumbran a vivir individualmente, cada uno con su trabajo, los momentos juntos son excasos y se dedican a tratar temas domésticos y cotidianos. Cada uno se organiza a su manera y no cuenta con el otro, ya que sólo se ven a las 10 de la noche para cenar y acostarse.
¿Qué ocurre cuando llegan las vacaciones? La pauta se cambia, estamos juntos todo el día, tenemos que hacer las tareas domésticas, organizar las vacaciones, salidas fuera de casa, cenas con amigos, visitas familiares, etc., y en esta dinámica aparecen problemas cuando tenemos que contar con el otro para organizar las cosas. Surgirán trifulcas por no consultar algo al otro, por organizar una cena sin previo aviso, por querer imponer las ideas propias sin hacer caso a las del otro, etc.
El problema no es otro que la falta de comunicación existente durante todo el año. Hemos perdido la costumbre y ahora nos cuesta incorporar en nuestra dinámica a otra persona que supuestamente debería estar siempre ahí.

Con todo esta panorámica, sería bueno pararnos a pensar una serie de cosas: si no puedo salir antes del trabajo, si realmente me apetece estar hasta las 10 en mi empresa, si me gustaría estar en el cine o tomando algo con mi pareja, si el coste de hacerlo me supone tanto como creo, si puedo reorganizarme para tener lo que deseo en los dos ámbitos, si merece la pena perder a mi pareja para ser gerente...

Comentarios

Bullet_RAF ha dicho que…
Hey hombre gran pagina creo que me va a servir un bastante =P, gran trabajo sige asi =D. Si no es mucha molestia visita mi blog man http://nexusdota.blogspot.com/

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