En su expresión más pura, la regla de los cuatro segundos puede enunciarse del siguiente modo:
Cuando sientas atracción por una mujer a la que todavía no conoces, acércate a ella en tres segundos o menos. Es decir, sin pensarlo dos veces; sin vacilar lo más mínimo; sin dudar.
De ese modo, estarás adoptando, de un modo sencillo y sistemático, esa deseable (y muchas veces esquiva) actitud mental que mezcla calma y valentía a partes iguales, y que resulta esencial para permitirte acercarte con éxito a una mujer a la que deseas seducir.
La regla de los tres segundos es una llamada a la acción inmediata. Es un supresor de la duda y de la vacilación. Es un "Hazlo ahora. Hazlo ya".
¿Te sientes atraído por ella? Entonces, en tres segundos o menos, ponte en movimiento y acércate. No lo pienses más.
Se trata de una regla que funciona porque te libera de la parálisis producida por un exceso de análisis y te permite expresar un carácter desprovisto de toda indecisión, que es un símbolo de debilidad, duda y falta de confianza en uno mismo.
Te servirá como directriz para actuar con rapidez y mostrar así determinación, fortaleza y confianza en ti mismo, aumentando tu atractivo.
Es una regla simple, como son todas las cosas profundas. No te dejes engañar por ello. Si la aplicas consistentemente, obtendrás resultados extraordinarios. Comienza a utilizarla y compruébalo
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