
Hemos arribado al punto más importante de todos los que integran el SER de la seducción, hablamos del principio de Reciprocidad, el cual establece que es preciso “Dar para Recibir”.
El seductor recibe algo de su pareja; ese algo es amor, sexo, placer, compañía, buenos momentos, e incluso dinero en el caso de algunos playboys y gigolos; pero nunca es a cambio de nada.
El seductor recibe su recompensa no sin antes dar, el único ser que recibe sexo sin dar a cambio es el violador, un ser por demás despreciable al que no vale la pena siquiera mencionar en este artículo. Pero ¿Qué es lo que da el seductor? Bien, lo que el seductor ofrece es principalmente:
a) Tiempo:
Se toma el tiempo necesario para conversar y socializar, crea una estrategia y un proceso, y no trata de apresurar las cosas para llegar a la cama.
b) Atención:
Es algo que pocos saben dar, el seductor hace preguntas, escucha con atención las respuestas, muestra interés y sabe que debe escuchar mucho más de lo que habla.
c) Humor:
El seductor sabe reír y hacer reír, mantiene a su presa divertida y relajada.
d) Seguridad:
La capacidad de hacer a la dama feliz y segura, tan segura que baja la guarda y queda totalmente a su merced.
El seductor que conoce y domina a la perfección el Principio de Reciprocidad, es el primero que obtiene lo que desea de su pareja; no lo obtiene presionando sino dando primero: Si quiere que ella sonría sonríe él, y ella entonces responde con una sonrisa. Lo mismo sucede en otros aspectos.
En el sexo, por ejemplo: Una de las cosas que más difícil se torna para una mujer hacer a su pareja es el sexo oral, sin embargo a ellas les encanta recibirlo y alcanzan el orgasmo mucho más rápido que a través de la penetración. Un hombre que desea sexo oral y lo pide tal vez obtendrá un “no” como respuesta y un rostro femenino ruborizado. Un seductor experto, conocedor del Principio de Reciprocidad, en cambio, no pedirá sexo oral, simplemente lo brindará primero a su dama haciéndola vibrar de placer, y después ella voluntariamente lo hará, si no lo hace puede él pedirlo y ella entonces no podrá negarse porque él ya lo brindó a ella primero y sería injusto no corresponder.
Este es sólo un ejemplo de cómo el Principio de Reciprocidad se aplica
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